Debo escribir, un palíndromo, una analogía, una metáfora.
Dejar que lo inundante por dentro se transforme en cada golpeteo del dedo con la tecla en una prosa, mas no en verso porque me parecen clichés, miles de ellos repitiéndose cada segundo.
Buscar que la incertidumbre se vuelva una poesía, que se transforme para tener sentido, para así poder entenderla.
La soledad y el vacío pueden hacer cada una por su lado algún oximorón.
Debo escribir para dejar que estos remolinos viajen a su antojo en una retrospectiva.
Permitir que las figuras literarias se vayan de fiesta con las retoricas, y al regreso muestren si encontraron al cadáver exquisito.
Darles libertad para que me liberen, la paradoja.
Y de pronto las letras buscan palabras y las palabras oraciones, estas buscan frases; y cuando todo parece haber terminado, dan paso a una danza donde cada una de ellas se desforma para ordenarse alfabéticamente y dejarme muy claro que hubo algunas no pensadas para completar el abecegrama...
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