Me pasa seguido que durante las horas de sueño, una conciencia mía haga narrativa mientras que otra va redactando, corrigiendo el estilo y revisando la ortografía para plasmarlo luego.
Sucede que termino con un relato muy bien armado, sin embargo cuando despierto, no recuerdo ni una sola imagen, ni tampoco palabra alguna del relato que forme.
En este punto me pregunto:
¿Cuantos escritos he dejado colgados entre mis sueños?
Y detrás de la pregunta,
disfrazado de inocencia,
viene un pensamiento:
Mis conciencias son unas egoístas.
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