A pesar de que me desperté tarde y no prepare comida, me siento particularmente en paz, llegue a trabajar un poco adormilada pero con una sensación de liberación absoluta.
La conciencia tranquila de que poseo el mando y poder de mis decisiones, la certeza de que la maraña se va a desenredar y puedo entrever de que manera.
Una avena caliente con canela, fresa y coco hicieron que mi cuerpo se sintiera más fuerte... mejor.
Es curioso, como se obtiene bienestar con tan poco... y a decir verdad, me costo muchos años llegar a este equilibrio.
Estoy contenta, de ratos feliz, pero siempre segura de lo que hago y las decisiones que tomo.
Ya son 36 años, de alguna manera tenía que aprender de la vida y evolucionar... de alguna manera seguí adelante y no me detuve.
Gracias a la vida, que me ha dado tanto...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario