En realidad nunca sabemos que es lo que sostiene un rostro, pocas veces advertimos lo que hay detrás de el.
Ahora, con tiempo y espacio para pensarlo, siempre me he sentido atraída por las historias que forman a quien se me pone justo en frente o de quienes sigo para que se me pongan enfrente aunque yo antes haya caminado un poco más rápido para estar en ese momento y hacer creer que fueron ellos quienes me encontraron.
Cuestión de enfoques, pienso.
Los rostros sin huellas, me parecen los más retorcidos.
Los que ocultan monstruos, resultan interesantes.
Pero los que se advierten desde la distancia, los que solo mirando a los ojos se dejan ver; Esos rostros me maravillan.
Me asomo desde una mirada y veo muchos rostros, todos ellos en una sola persona.
Rostros detrás de los rostros, aveces infinitos.
esta muy bien
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