En la imperturbabilidad del tiempo, olvidarte ha sido un intento constante de silencio en medio de un corazón que aún te pronuncia.


He caminado días que no te nombran y noches que te repiten en sus sombras, como si el reloj supiera que hay ausencias que laten.


No ha sido olvido, ha sido un pacto de distancia.


Y aun así, en la quietud del tiempo, sigues siendo eco, suspiro, y a veces… lágrima.

¿Que si extraño que me quieran?

Claro que si, lo extraño y en este punto no se si lo extraño a él o a la sensación de sentirme querida, cuidada.

 De pronto me advierto rescatando todas las culpas y atribuyéndomelas... 

La verdad de las cosas, es que esta es una oportunidad perfecta para darme aquello que deseo recibir de alguien mas, estoy trabajando en ello.

Quererme, cuidarme, recibir de mi esto que tanto extraño de los otros. 

 

 Estos últimos meses he estado luchando conmigo misma y el desasosiego, la procrastinación, el abandono, los miedos, la depresión y un sin fin de cosas mas.

Algunos días soy la mujer más determinada con ideas firmes a seguir, y otros días me cuesta tanto siquiera levantarme de cama... siento que estoy viviendo una pelea interna, donde la mayoría de las veces gano yo (empujándome y obligándome) y otras veces gana la otra, aplastándome.

Ya me parece difícil reconocer quien es quien.

Estoy esperando, pero sinceramente no se que espero.

Tampoco se que quiero, pienso que esto se resolverá "un día a la vez" pero solo es un bálsamo instantáneo, efímero.

 ¿Será que no hay respuesta definitiva o de largo plazo?