En la imperturbabilidad del tiempo, olvidarte ha sido un intento constante de silencio en medio de un corazón que aún te pronuncia.


He caminado días que no te nombran y noches que te repiten en sus sombras, como si el reloj supiera que hay ausencias que laten.


No ha sido olvido, ha sido un pacto de distancia.


Y aun así, en la quietud del tiempo, sigues siendo eco, suspiro, y a veces… lágrima.

¿Que si extraño que me quieran?

Claro que si, lo extraño y en este punto no se si lo extraño a él o a la sensación de sentirme querida, cuidada.

 De pronto me advierto rescatando todas las culpas y atribuyéndomelas... 

La verdad de las cosas, es que esta es una oportunidad perfecta para darme aquello que deseo recibir de alguien mas, estoy trabajando en ello.

Quererme, cuidarme, recibir de mi esto que tanto extraño de los otros.